DIÁLOGO ACADEMIA Y PRÁCTICA PROFESIONAL INSTITUCIONAL EN TORNO A LA INVESTIGACIÓN EN TRABAJO SOCIAL


Licda. Hannia Franceschi

Resumen

Sobre la conveniencia del acercamiento academia y práctica profesional de los y las trabajadoras sociales en torno a la investigación en Trabajo Social se ha discutido ampliamente; este artículo es un aporte a esa discusión. Las reflexiones surgen en la práctica docente en la carrera de Trabajo Social de la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica, y se relacionan con elaboraciones teórico analíticas sobre los dilemas que atañen al Trabajo Social y a las Ciencias Sociales en el contexto sociopolítico contemporáneo de América Latina.

Se trata de explicar las razones que justifican el hecho de que la investigación no sea asumida, comúnmente, como una función propia del trabajo profesional de los y las trabajadoras sociales. Con base en los argumentos esgrimidos se plantea, a manera de hipótesis, la influencia que aún tiene la concepción de Trabajo Social como profesión técnico operativa, y se suma a este hecho el predominio del género femenino en las personas que ejercen la profesión, situación que implica condicionantes socio culturales en la práctica profesional..

El estudio concluye que la investigación sobre temas estratégicos relativos a la práctica profesional, que además muestren las consecuencias de la condición de asalariados de los y las trabajadoras sociales puede abrir una veta de resistencia propositiva ante políticas públicas que conciben los programas sociales como una compensación y no como un derecho de ciudadanía.

Descriptores: Trabajo Social, investigación en Trabajo Social, formación profesional, proyecto ético político, organización gremial.

An Academic and Practical Discussion about Social Work Research: A Challenge for Inclusive and Supportive Public Policies

Descriptors: Social Work, Social Work Research, practical experience, ethical-political project, professional association. summary

This article contributes to the discussion surrounding whether the academic and professional training of social workers should be brought closer together with regards to social work research. These reflections are drawn from teaching experiences at the University of Costa Rica’s Social Work School, Western campus, related to the theoretical-analytical preparation of social work dilemmas and social sciences in a contemporary Latin American socio-political context.

It explores possible explanations on why research is not commonly assumed as part of a social worker’s professional role. Based on this, it introduces the hypothesis of the ongoing influence of the concept of Social Work as a techno-operational profession, combined with the predominance of the female gender among those who practice it, which entails socio-cultural conditions for its practice.

Introducción

El análisis parte de la reflexión en torno de la experiencia docente en cursos de práctica preprofesional de la carrera de Trabajo Social de la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica, en los que la investigación social constituye un eje de la formación académica de los estudiantes de los últimos niveles, y tiene como referente las demandas del trabajo profesional desempeñado en instituciones públicas y no gubernamentales.

Específicamente alude a la importancia que tiene la producción de conocimiento a partir de los problemas y las necesidades que se enfrentan durante la práctica profesional en un determinado contexto social para fundamentar, aclarar o proponer nudos de la dimensión técnico operativa de los programas y proyectos sociales; y para esclarecer los condicionantes del trabajo profesional en su dimensión individual y colectiva. Tal elaboración se efectúa en diálogo con sustentos analíticos provenientes del trabajo social latinoamericano.

Los planteamientos que aquí se hacen no se fundamentan en una investigación particular de la autora, sino en la acumulación de preguntas e hipótesis surgidas durante la experiencia de supervisión de prácticas estudiantiles. Las reflexiones cuestionan la práctica cotidiana pues se considera que es una fuente de conocimiento para los estudiantes, los docentes y los profesionales en ejercicio, siempre y cuando se planteen interrogantes generadores de conocimiento científico.

Algunas de las preguntas que originan y guían la reflexión que sustenta este escrito son: ¿por qué fuera de la academia se considera comúnmente que la investigación interesa solo a las unidades formadoras en Trabajo Social?¿En qué grado la investigación puede esclarecer estrategias para posicionar un trabajo social crítico que incentive no solo conocimiento científico en la academia, sino procesos de organización gremial, orientados a la búsqueda de respuestas ético políticas a la realidad actual?¿Cuáles perspectivas globales sobre el Estado y la sociedad contemporánea contribuirían a explicar, a interpretar cuestiones sociales cada vez más complejas y a generar alternativas ante políticas públicas focalizadas que omiten las contradicciones sociales y consideran parcialmente las inequidades y las diversidades sociales?

La investigación y la práctica profesional en la carrera de trabajo social de la sede de occidente, Universidad de Costa Rica (Cts-so-UCR)

Uno de los ejes de la estructura curricular de la formación académica es la investigación para el Trabajo Social, su pertinencia se ha ido legitimando a través de los 35 años de existencia de esa carrera[1].

La formación profesional se concibe en forma interdisciplinaria, en torno de ejes curriculares: Metodología del Trabajo Social, Investigación Social, Teoría social y Práctica Profesional; alrededor de ellos se organizan los cursos de cada ciclo lectivo. La teoría social, concebida como un eje complementario, está integrada por Economía política, Sociología, Psicología social, Filosofía social y política, así como por cursos metodológicos instrumentales (Planificación, Evaluación y Gerencia social).

En cada nivel curricular se define un tema generador de la enseñanza y la investigación que orienta los distintos cursos del plan de estudios (pensum), tanto los propios del Trabajo Social como los complementarios de teoría social, y los metodológico- instrumentales.

El proceso pedagógico se estructura de la siguiente manera: en el primer ciclo lectivo del nivel correspondiente (de segundo a cuarto año) se elabora un diagnóstico de la situación objeto de estudio y un anteproyecto investigativo que se ejecuta en las prácticas pre profesionales establecidas en el segundo ciclo lectivo de cada nivel curricular del bachillerato[2].


A continuación se presenta un cuadro síntesis de las interrelaciones existentes entre las prácticas de intervención e investigación en los cursos de la carrera:

Relaciones entre la práctica de investigación e intervención en la carrera de trabajo social sede occidente, Universidad de Costa Rica

Nivel del plaN de estudios

temas geNeradores

modalidad de

iNvestigacióN

objetivo

sujetos participaNtes

objeto de estudio iNterveNcióN

ii año

Reproducción so-

cial y de la fuerza de trabajo.

Investigación cuantitativa combinada con elementos cualitativos en la relación con la población sujeto.

Analizar las condiciones concretas en que reproduce la clase trabajadora, para obtener explicaciones sobre su realidad particular y realimentar procesos de los actores sociales involucrados (empresarios y trabajadores).

Trabajadoras y trabajadores de pequeñas y medianas empre-

sas industriales, agroindustriales y agrícolas, a escala regional –local.

Formas de reproducción de las clases subalternas  en contextos singulares-particulares del mundo semiurbano y rural.

iii año

Formas de orga-

nización social de las clases subalternas desde la sociedad.

Investigación acción y sistematización de experiencias

Analizar procesos concretos de organización y participación de organizaciones de base, como punto de partida para potenciar su papel de sujetos con capacidad de incidencia social y política.

Integrantes de grupos y organizaciones sociales, en territorios comunitarios- locales.

Formas y prácticas de participación de las organizaciones populares de base, en el contexto de las políticas públicas de organización y promoción social.

iv año

Efectos de programas de desa-

rrollo social en las necesidades de la población usuaria de los servicios.

Investigación evaluativa (cualitativas o cuantitativas).

Mejoramiento de capacidad de respuesta de los proyectos sociales institucionales a las demandas y necesidades sociales de la población usuaria.

Población meta de instituciones públicas y de organizaciones no gubernamentales

Proyectos sociales en el contexto de la política pública (social, control social).

v año,

licenciatura y trabajos finales de graduación

Problemas y necesidades sociales de la población sujeto

Trabajo Social en el contexto contemporáneo.

Descriptiva-analítica.

-               I n v e s t i g a c i ó n cuantitativa.

-Investigación cualitativa.

-               I n v e s t i g a c i ó n cuanti- cualitativa.

Explicar o interpretar procesos sociales locales o sectoriales, con miras a proponer alternativas de intervención desde el Trabajo Social, desde un proyecto ético político sustentado en la búsqueda de la transformación social.

-               Población excluida por condiciones económico-

sociales, género, etáreas, étnicas, opción sexual, barreras de acceso.

-               Trabajadores sociales como categoría profesional.

Necesidades sociales de sectores subalternos y programas sociales, en el contexto neoliberal.

Fuentes: Elaboración propia, con base en programas de cursos de la carrera de Trabajo Social en la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica, 2009 y consultas a profesoras y profesores de la sección de Trabajo Social, 2009.


 

Como se desprende del cuadro resumen, la investigación social en sus distintas modalidades es un eje articulador del currículo de la CTS- SO-UCR, que organiza el acercamiento a grupos, organizaciones sociales e instituciones estatales y no gubernamentales, o sea, a la realidad concreta, al ejercicio profesional real y potencial de los y las trabajadoras sociales.

El análisis hecho en este trabajo se centra en el cuarto y quinto año de la formación académica profesional, pues considera, como objeto de reflexión, las prácticas institucionales y gerenciales realizadas en esos niveles de la carrera.

Con las prácticas de cuarto año de la carrera de Trabajo Social de la Sede de Occidente, se ha incorporado la modalidad de investigación evaluativa en las instituciones, lo que constituye un aporte significativo al examen crítico de los alcances de las acciones profesionales desplegadas por las y los trabajadores sociales, según lo constatan las sesiones de devolución de resultados cada fin de ciclo lectivo anual3. Una de las docentes de la carrera se refiere a las prácticas objeto de análisis:

Una aspecto que caracteriza los proyectos de investigación evaluativa es que estos no necesariamente responden a una necesidad o interés de intervención de la práctica pre-profesional, sino que responde a demandas e intereses de investigación evaluativa de las y los profesionales o de los mismos ámbitos institucionales… Aportan insumos para legitimar, respaldar o mejorar los programas, proyectos y servicios sociales, así como permite la creación de nuevas políticas y programas institucionales. (Quesada, Ana Cristina;.2010: s.p).

Cuatro años de estudios (ocho ciclos lectivos) conducen a la obtención del primer título de grado: Bachillerato en Trabajo Social. El siguiente grado es la Licenciatura en Trabajo Social, el cual se obtiene después de un año adicional de estudios (dos ciclos lectivos) y la elaboración de los trabajos finales de graduación (tesis, seminarios o proyectos de graduación).

3  La autora fue profesora supervisora de práctica institucional durante varios años y le ha dado seguimiento al tema mediante el intercambio del equipo docente de la carrera de Trabajo Social en la SO-UCR.

Sin embargo, el intercambio y el diálogo academia e instituciones en torno a las investigaciones de interés conjunto, no están consolidados como aspiraciones compartidas. Se presentan dilemas, como los que aquí plantea la autora mencionada:

Las investigaciones evaluativas han permitido que los y las estudiantes de Trabajo Social no solo se limiten a hacer acciones de intervención, sino que ejerzan otras funciones que permitan trascender su práctica profesional en los centros de práctica institucional. Cabe rescatar que esta acción no ha sido fácilmente reconocida por las o los profesionales y las jefaturas de los centros de práctica institucional, porque a pesar de que demandan los proyectos de investigación evaluativa, tienden a privilegiar o valorar más las acciones de intervención que de investigación. Ha sido una lucha constante que ha tenido que plantear el equipo de docentes de la Carrera en todas las prácticas institucionales. (Quesada, Ana Cristina;2010: s.p).

En el último nivel de la carrera, licenciatura, las propuestas de trabajos finales de graduación responden a intereses académicos estudiantiles, muchos de los cuales se consultan con profesionales en ejercicio. Entre ellos hay áreas temáticas relacionadas con problemas y necesidades sociales de las poblaciones sujeto y con las políticas sociales correspondientes; también, temas relacionados con la constitución del Trabajo Social en tiempos contemporáneos, con sus dilemas y desafíos. Esta estrategia enlaza academia y práctica profesional, altamente valorada por algunas profesionales en virtud de la ausencia de investigaciones de carácter científico en el espacio institucional del Trabajo Social.

la incipiente investigación en algunas instituciones de desarrollo social

Al culminar la formación profesional muchas estudiantes podrían estar convencidas de la significación profesional que tiene la investigación social (como parte del quehacer en las Ciencias Sociales), sin embargo, no existe la certeza de que sigan

Hospital san juan de dios

ejemplo de investigaciones realizadas por las profesionales de trabajo social, 2008

¿Qué iNvestigaN?

¿coN cuál poblacióN participaNte?

¿cómo lo haceN?

¿para Qué?

eNfoQue teórico

reconstrucción de la intervención socio terapéutica.

condiciones de vida de adultos mayores.

Personas con cáncer. Adultos mayores en condiciones de abandono.

Método de sistematización. Diagnóstico situacional.

Definir líneas de acción que incorporen una visión integral de la situación de la población atendida en el servicio de Trabajo Social.

Enfoque de derechos.

Perspectiva de género.

Fuente: Consulta realizada a la Msc. Ana Josefina Güell, jefa del Servicio de Trabajo Social, Hospital San Juan de Dios, Caja Costarricense de Seguro Social, octubre de 2008.

realizándola durante su ejercicio profesional. ¿Por qué se presenta esa dicotomía entre la academia y las instituciones? En el siguiente apartado se tratará de responder esta interrogante con base en algunas experiencias y reflexiones sobre el tema.

En términos generales, la investigación no es una función profesional incorporada a la práctica profesional, es accesoria; aunque tampoco se descarta. Su mayor fuerza reside en la modalidad instrumental de aplicación de diagnósticos e informes sociales.

No obstante, la situación podría estar cambiando, como lo evidencian experiencias específicas de las que se ha tenido información en la CTS-SO - UCR:

Esos acercamientos a las instituciones donde operan oficinas de Trabajo Social, como es el caso de los Servicios de Trabajo Social de la Caja Costarricense de Seguro Social (encargada de la prestación de los seguros sociales de enfermedad, maternidad y pensiones subvencionadas para los sectores de la población adulta mayor, así como de la atención a la niñez y adolescencia y a mujeres expuestas a situaciones de violencia intrafamiliar) evidencian que en tiempos recientes se ha venido fortaleciendo el componente investigativo en las acciones profesionales institucionales, mediante la sistematizaciones y la realización de diagnósticos situacionales, más allá de lo establecido en la normativa técnica vigente[3].

En otras instituciones, como las del sector de defensa de los derechos de la niñez y la adolescencia, de los derechos de personas con discapacidad y de la población privada de libertad, las investigaciones evaluativas llevadas a cabo por las estudiantes de cuarto año de la CTS-SO-UCR han abierto la puerta a la reflexión sobre la pertinencia y viabilidad del desarrollo de investigaciones que respondan directamente a las necesidades de una práctica que no solo trascienda lo técnico operativo (aplicación de métodos y técnicas) sino que, además, genere conocimientos científicos que nutran la producción de nuevas estrategias de acción ante la población usuaria.

Retomando la afirmación antes expuesta, en el sentido de que la función de investigación es accesoria en gran parte de las instituciones públicas de desarrollo social surge la pregunta: ¿a qué responde esta situación? Este es un hecho ya conocido y planteado en América Latina, según lo indican autoras como A. Clemente (2002) en Argentina[4] y, en términos generales, Vélez:

La investigación como proceso sistemático de producción de conocimiento no ha constituido el núcleo fundante de la profesión, como subsidiaria de la práctica ella ha estado ligada a finalidades operativas - búsqueda de respuestas concretas para el desarrollo de la acción - propias del ejercicio profesional. (Vélez, Olga Lucia; 2008:37)

Con base en la reflexión sobre la experiencia docente, la autora plantea dos posibles hipótesis que sustentan tal afirmación:

     La conceptualización del Trabajo Social como una profesión “práctica”, que no llega a ser una disciplina científica. Si se considera que los trabajadores y las trabajadoras sociales son profesionales del hacer y no del qué, por qué y para qué, difícilmente se van a plantear los desafíos de la investigación científica.

     El predominio de personas de género femenino en el Trabajo Social implica, en la práctica, condicionantes socio culturales. En el tercer milenio se ha planteado esta situación en América Latina[5] como lo evidencian las palabras de unas colegas argentinas:

     Esta profesión ejercida mayoritariamente por mujeres presenta las características que se creen propias del mundo femenino, donde prima más un hacer práctico, respuestas inmediatas frente al dolor humano, valores como el compromiso , la solidaridad, la entrega al otro. Si bien aparecen esfuerzos por imprimir a las prácticas profesionales una lógica de mayor racionalidad, aún no logran producir los efectos esperados. (Genolet, Alicia y otras; 2005: 200).

Esas dos hipótesis esclarecen el carácter subordinado del Trabajo Social como profesión, que comparten otras ocupaciones como la enfermería y la educación. El hecho de que sean concebidas como profesiones prácticas, y también ejercidas mayoritariamente por mujeres, influye en su falta de autonomía en la construcción del campo profesional. La carencia de autonomía se manifiesta en las dificultades que se enfrentan en la búsqueda de poder y en el posicionamiento como profesión con dominios intelectuales, entre ellos la función de investigación. Se conciben entonces como “semiprofesiones”, esto es, ocupaciones que no han completado su proceso de profesionalización, por tanto requieren de la supervisión de una profesión con carácter superior. (Aquín, Nora; 2008:12)

Una aclaración necesaria es que las hipótesis se plantean principalmente para el Trabajo Social como profesión, no para su carácter de disciplina científica de las Ciencias Sociales.

¿Por qué y para qué investigar en trabajo social?

Desde la práctica docente, se concibe el Trabajo Social no solo como una profesión, sino como una disciplina en construcción dentro de las Ciencias Sociales. Si se concibe como una disciplina científica, el ejercicio profesional supone la investigación como parte de la intervención social.

El Trabajo Social puede aportar a la teoría específica disciplinaria y a las Ciencias Sociales en general. Entonces, el papel de la formación académica es fundamental para que se asuma la función de investigación como eje transversal del plan de estudios y como fundamento de la práctica profesional.

Parece primordial este supuesto: la práctica profesional debe ser trascendida, con pensamiento crítico y capacidad de propuesta y contrapropuesta frente a la realidad social en la que se actúa profesionalmente, y como parte del ejercicio de la ciudadanía. Resulta claro que la investigación es una herramienta intelectual que permite lograr ese propósito.

Trascender la práctica implica tener claros los fundamentos ontológicos y epistemológicos que la guían. Por formar parte de las Ciencias Sociales, y de la misma manera en que lo hace cualquier profesional de esta área del conocimiento, es necesario definir las premisas de investigación y de actuación profesional. Es decir, se requiere construir respuestas, con base en las distintas matrices teóricas de las Ciencias Sociales (positivismo-funcionalismo- estructural funcionalismo), y los paradigmas investigativos: el paradigma interpretativo (fenomenología, hermenéutica crítica y otras modalidades, construccionismo), y el paradigma socio crítico. (Sandín, Maria Paz (2003): capítulo I).

Los distintos paradigmas orientan la aproximación a la realidad, pero como algunos de ellos son opuestos, surgen diferencias ontológicas y epistemológicas como las siguientes:

a)            Investigar procesos locales, institucionales o sectoriales, para fundamentar cambios en los programas y proyectos (énfasis técnico, de sustento reformista).

b)            Investigar para descubrir situaciones que po-tencien la constitución de sujetos sociales capaces de transformar su realidad particular e insertarse en procesos locales, regionales y globales, en alianza con profesionales que asuman el papel de intelectuales orgánicos (énfasis transformador)[6].

c)            Investigar para adaptar a las personas y a los gru-pos a los sistemas establecidos (en el nivel global, regional, local y sectorial (énfasis conservador).

Esas diferencias no son formales, se fundamentan en los distintos proyectos ético políticos con los que cada colega, trabajador o trabajadora social, orienta su práctica. Es importante recordar con Montaño (2003) una síntesis de los distintos proyectos ético políticos societarios que influyen en el quehacer de estos profesionales, específicamente en sus valores y principios:

Un proyecto neoliberal, que en el actual contexto de crisis pretende desmontar los derechos laborales, políticos y sociales conquistados históricamente por los trabajadores y que afectan los pequeños y medianos capitales; un proyecto reformista, que inspirado en la social democracia y el keynesianismo pretende mantener algún grado de desarrollo de los derechos civiles, políticos, sociales y laborales y un proyecto revolucionario de inspiración marxista, que busca una nueva sociedad regida por el trabajo emancipado. (Montaño, Carlos;2003: 28-29)

La práctica profesional centrada en la dimensión técnica operativa no logra vislumbrar el horizonte ético político que condiciona su quehacer. De allí la importancia de develar, mediante la investigación, la finalidad o propósito de las funciones y estrategias de acción. Más que un desafío individual, colocar la singularidad de la práctica profesional en la perspectiva del proyecto ético político, es un reto para los espacios colectivos. Espacios colectivos que podrían enfrentar contradicciones cuando la práctica requiera la asunción de posiciones derivadas de concepciones e interpretaciones disímiles de la realidad (particular y general) en que se trabaja.

En la actualidad se asumen posiciones neoliberales cuando se avalan acríticamente las políticas sociales compensatorias de la desigualdad e inequidad económicas y socio culturales que, revestidas de eficacia y eficiencia en los programas, restringen derechos ciudadanos a sectores sociales antes cubiertos por políticas universales. Lo mismo ocurre cuando se acepta pasivamente la contracción de las condiciones laborales de las y los profesionales que ejecutan tales programas.

En contraste, la aspiración de un proyecto ético político reformista y transformador supone asociarse a colectivos en los que la investigación o, al menos, la interpretación de la coyuntura y de las contradicciones estructurales permitan comprender y explicar los determinantes de las situaciones que limitan la capacidad de respuesta de la práctica profesional frente a las demandas de las poblaciones sujeto de los programas sociales, o cuando se siguen estrategias dirigidas a crear condiciones subjetivas para responder a contextos violatorios de los derechos laborales de las y los profesionales. En ese sentido, conviene resaltar el paso de lo individual a lo colectivo, supuesto básico de los proyectos ético políticos cuestionadores del “status quo” instaurado en tiempos neoliberales: “La intervención profesional es una actividad que permite que al realizar la dimensión ético política en lo cotidiano profesional, el asistente social supere su individualidad para reproducirse como ser social perteneciente al género humano, logrado como resultado de su propio trabajo, sea cual sea”- (Guerra, Yolanda; 2008: 348).

Asimismo, los abordajes metodológicos instrumentales podrían evidenciar diferencias que exigirán claridad para distinguir perspectivas que se puedan complementar, como en el caso de posiciones heterodoxas o, por el contrario, para optar por posiciones congruentes con los paradigmas que se escojan en la investigación y la actuación profesional[7].

Conclusiones

En nuestro criterio el carácter académico político de la investigación permite alcanzar propósitos trascendentales para fundamentar cambios en los programas y proyectos de carácter público, así como para descubrir situaciones que potencien la constitución de sujetos sociales capaces de transformar su realidad particular e insertarse en procesos sociales locales, regionales, nacionales e internacionales.

Las universidades pueden cumplir un importante papel si promueven estos procesos. Considerando la autonomía relativa que han conquistado las universidades públicas durante la última mitad del SXX, las experiencias de la formación profesional indican que ha sido posible impulsar estrategias de acercamiento entre instituciones ejecutoras de las políticas sociales y unidades formadoras de trabajadoras y trabajadores sociales, como sucede con la carrera de Trabajo Social de la Sede de Occidente de la Universidad de Costa Rica. Ciertamente ese camino no está exento de contradicciones y dilemas, derivadas de proyectos ético políticos y perspectivas teóricas en pugna. No obstante, si se logran convergencias básicas en torno a la lectura e interpretación de la realidad, desde los encuentros que genera la dimensión técnico operativa, la investigación puede develar realidades pertinentes para coadyuvar en procesos de cambio y transformación social. Esos procesos deben ser liderados por los sujetos sociales que constituyen las poblaciones meta de los programas sociales.

Asumir esos retos no solo será importante para el posicionamiento disciplinario del Trabajo Social en las Ciencias Sociales, sino que tiene una dimensión ético política que podría ser pertinente para esclarecer estrategias organizativas de gremios y asociaciones profesionales ante contextos neoliberales y neo autoritarios. Contextos que, al mismo tiempo, invitan a la generación de alternativas de resistencia desde los y las trabajadoras sociales, en tanto logren auto representarse como sujetos sociales organizados como categoría profesional.

En otras palabras, estimamos que fortalecer la organización gremial con el fin de impulsar la investigación vinculada a la práctica profesional es una estrategia que potenciará su capacidad de lucha por el logro de políticas públicas inclusivas y solidarias y, a la vez, por .mejores condiciones laborales.

Al respecto, nuestros desafíos no pueden continuar siendo pensados bajo la óptica de la exclusividad profesional, Es preciso articular nuestra reflexión y nuestra práctica con otras categorías profesionales, conocer sus estrategias, establecer alianzas, crear vínculos. No somos los únicos profesionales que se confrontan con la cuestión de la concretización de derechos…, en suma, es preciso salir de nuestro nicho profesional… (Netto, José Pablo; 2009:26)

Se demuestra así la importancia de la construcción de estrategias organizativas gremiales e intergremiales porque pueden converger con movimientos sociales representativos de los intereses de las poblaciones usuarias de los programas sociales donde se realiza la práctica profesional.

Estos son desafíos derivados de un diálogo entre profesionales que laboran en la academia y en las instituciones, que se acercan ante la certeza de resistir y proponer conjuntamente estrategias sociales y políticas, en contextos adversos para los derechos sociales y laborales, no solo de las poblaciones usuarias de los servicios, sino de los y las trabajadoras sociales.

Bibliografía

1.   Aquín, Nora. (2008). “Reflexiones contemporáneas asociadas con la identidad y especificidad profesional”. En Memorias Primer Seminario Internacional Intervención en Trabajo Social: Perspectivas contemporáneas. Medellín (Colombia): Universidad de Antioquia, 20 y 21 de noviembre.

2.   Clemente, Adriana.(2002). “Notas sobre investigación, formación y práctica profesional”. En: Netto, José Paulo y otros. Nuevos escenarios y práctica profesional. Una mirada crítica desde el Trabajo Social. Buenos Aires: Espacio Editorial.

3.   Genolet, Alicia y otras. (2005) La profesión de Trabajo Social. ¿cosa de mujeres?. Buenos Aires: Espacio Editorial.

4.   Guerra,Yolanda. (2008).”Dimensiónético política en la in-tervención profesional”. En Memorias Primer Seminario Internacional Intervención en Trabajo Social: Perspectivas contemporáneas. Medellín (Colombia): Universidad de Antioquia, 20 y 21 de noviembre.

5.   Montaño, Carlos.(2003).“Hacia la construcción del proyecto ético político profesional critico”. En: Borgianni, Elisabete, Guerra, Yolanda y Montaño, Carlos (orgs.). Servicio Social Crítico. Sao Paulo: Editora Cortez.

6.   Netto, José Paulo. (2009). “La concretización de los derechos en tiempos de barbarie”. En Borgianni, Elisabete y Montaño, Carlos. Coyuntura actual latinoamericana y mundial: tendencias y movimientos. Sao Paulo: Editora Cortez.

7.   Quesada Monge,Ana Cristina. (2010). “La formación profe-sional y la generación de conocimiento en Trabajo Social: su punto de encuentro en los procesos de investigación. Ponencia al V Congreso Nacional y VIII Nacional de Trabajo Social. San José, Costa Rica 29 , 30 de setiembre y 1 de octubre.

8.   Valles, Miguel (1997). Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión metodológica y práctica profesional. Madrid; Editorial Síntesis: capítulos 1 y 2.

9.   Vélez, Olga Lucía.(2008). “Apuntes sobre la metodología y la investigación en Trabajo Social hoy”. En Memorias Primer Seminario Internacional Intervención en Trabajo Social: Perspectivas contemporáneas. Medellín (Colombia): Universidad de Antioquía, 20 y 21 de noviembre.

10. Sandín Esteban, María Paz. (2003). Investigación cualitativa en Educación. Fundamentos y tradiciones. Madrid: Editorial Mc Graw Hill Interamericana de España.



[1] La carrera de Trabajo Social de la Sede de Occidente- UCR se creó en 1974, en pleno auge del Movimiento de Reconceptualización en América Latina, el cual tuvo y tiene importante influencia en su estructura curricular y en su proyecto ético político.

[2]                                                                  El plan de estudios de la carrera establece que los primeros

[3] Algunas de esas investigaciones han incentivado la participación de las colegas en seminarios y congresos así como también la publicación de revistas editadas por los departamentos de Trabajo Social. Un ejemplo lo tenemos en la Revista de Trabajo Social de la Caja Costarricense de Seguro Social.

[4] Es un tema recurrente en escritos provenientes de escuelas de Trabajo Social de América Latina. Entre ellos se pueden mencionar los textos de Clemente, Adriana (2002) y Vélez (2008) mencionados en la bibliografía.

[5] También en Costa Rica hay un estudio pionero, de la colega Xinia Fernández. Identidad de género en el Trabajo Social, escrito como tesis en la Maestría de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica.

[6] Se alude a la categoría “intelectual orgánico” acuñada por Antonio Gramsci, para referirse al papel político de las y los profesionales identificados con los intereses históricos ,ya sea de los sectores hegemónicos o de las clases subalternas.

[7] Aquí se hace referencia a las discusiones y polémicas sobre: ¿cómo y para qué investigar?, ya sea desde perspectivas socio criticas (dialécticas) o desde el paradigma interpretativo (modalidades hermenéuticas o constructivistas, también se alude, en lo metodológico, a la decisión de separar o complementar los abordajes cualitativos y cuantitativos. Ver Sandín (2003).