Adicciones y abordaje social en el Hospital San Juan de Dios: Un
acercamiento a la cotidianidad
Licda. Maureen González Gamboa 1
Licda. Fidelina Núñez Aguilar 2
Licda. Ana Lucia Sánchez Vargas 3
Licda. Leidy Segura Chávez 4
Licda. Karina Warner Cordero 5
Palabras clave: Trabajo
Social, Adicciones, Modelos de intervención social, Derechos Humanos, Tercer
nivel de atención en la Caja Costarricense de Seguro Social.
Introducción:
Es una verdad incuestionable que en
el ejercicio cotidiano de la profesión se hace indispensable la intervención a
personas con problemas de adicciones ya sea al alcohol, tabaco u otras drogas
ilícitas. El consumo de estas sustancias son desencadenantes de enfermedades
que agravan la calidad de vida de las personas, constituyéndose en un problema
la salud pública, ya que muchas veces son portadores de enfermedades infecto
contagiosas, tal es el caso de la tuberculosis y el virus de inmunodeficiencia
humana (VIH). Otro caso es el consumo de tabaco, el cual empeora la condición
de las personas diagnosticadas con enfisema pulmonar y enfermedad pulmonar
obstructiva crónica. En la mayoría de las ocasiones necesitan medios de
soporte, como el uso de oxígeno en el domicilio.
Unido a lo anterior, muchas de las
personas que requieren los servicios médicos del hospital y que presentan
problemas de uso, abuso o dependencia al consumo de sustancias psicoactivas,
viven en las calles de nuestra capital. Se trata de personas indigentes,
quienes, en su gran mayoría, no tienen acceso a la seguridad social. Son
altamente estigmatizadas por la población en general y a veces por el mismo
personal de salud, sin comprender que son portadores de patologías, las cuales
necesitan de un adecuado tratamiento, dado que la adicción es considerada una
enfermedad crónica, tal como se analiza en esta ponencia.
Ahora bien, la intervención de las
personas profesionales en Trabajo Social en estos casos se ha visto limitada,
fundamentalmente por dos situaciones: en primer lugar por la exigencia de
egresar a estas personas cuando su problema médico ha sido estabilizado o
resuelto pero quienes por su condición social no cuentan con redes de apoyo, lo
cual provoca que regresen nuevamente a las calles. En segundo lugar, muchas de
estas personas requieren de tratamiento y control médico, pero debido a la
ausencia de un seguro social no pueden continuarlo. La situación deviene
entonces, en un círculo vicioso: es común que a los pocos días de haber
abandonado el hospital se presenten nuevamente y en la mayoría de los casos el
problema de salud esté agravado.
Este trabajo resume las principales
conclusiones de una investigación realizada por las cinco autoras en el
Hospital San Juan de Dios en el año 2005 sobre las adicciones y su repercusión
en la salud y la calidad de vida de las personas atendidas, quienes además
presentaban enfermedades crónicas.
1. En el
ámbito de hospitalización
La intervención esperada por otras
disciplinas en el tema de farmacodependencia, se dirige al egreso nosocomial
una vez que la patología médica ha sido resuelta en la mayoría de los casos. El
objetivo perseguido por el personal médico en general es la ubicación post
egreso a un centro que atienda esta población o el retorno de la persona a sus
condiciones anteriores de vida que puede ser incluso, nuevamente la calle.
Se pretende que la persona
profesional en Trabajo Social logre reubicar a la persona con la menor brevedad
posible, lo que produce limitantes de tiempo para desarrollar de manera
completa todo el proceso de intervención individualizada dirigida al cambio, de
orden socioeducativo o terapéutico.
Esta situación podría estar
relacionada con el hecho que en la concepción del equipo de salud, el problema
de las adicciones no se considera como una enfermedad crónica que requiere
atención integral, sino más bien, como un asunto que el Trabajo Social debe
resolver de manera unidisciplinaria.
2. En el
ámbito de los centros de rehabilitación o restauración
La oferta de recursos es limitada
cuando se enfrenta la necesidad de reubicar a una persona con problemas de
adicciones. Una gran mayoría de los centros presenta ocupación total. En
algunas ocasiones se ofrece la posibilidad de quedar en lista de espera, pero
esto no resuelve de manera oportuna la necesidad de la persona.
Esta situación provoca
irremediablemente problemas de estancias prolongadas, y desde el punto de vista
médico, “injustificadas”, al traducirse en un alto costo económico para la
institución así como problemas de espacio para otros pacientes. Esto eleva el
nivel de ansiedad de las personas con necesidad de ser atendidas provocando
indisposición hacia la acción profesional, aumenta la presión ejercida porque
egrese del centro de salud y en ciertos casos culmina con la fuga o la salida
exigida.
En esa misma línea, la mayoría de
los centros de rehabilitación solicitan a quien deba ser ingresado para recibir
tratamiento un aporte monetario mensual o bien, haberes personales que en el
caso de personas en condición de indigencia está fuera de sus posibilidades.
Las instituciones de bienestar social ofrecen respuestas limitadas y a veces,
cuando se aprueban dichas ayudas, lo hacen de manera extemporánea.
En el tema de la alternativa
terapéutica ofrecida por la mayoría de estos centros está condicionada a la fe
religiosa promulgada, lo cual genera resistencia en las personas referidas que
no comparten esas creencias. Como consecuencia de esto se tiene la deserción en
el corto plazo y la reducción del éxito en cuanto a la abstinencia. Muchas de
estas personas que necesitan tratamiento requieren a corto plazo una nueva
intervención en salud, convirtiendo la problemática en un círculo vicioso. Esto
porque se debe realizar nuevamente el proceso de reubicación anteriormente
mencionado.
Cuando la persona además de su
adicción presenta discapacidad física o mental la ubicación post hospitalaria
se dificulta aún más, debido a que los centros de rehabilitación aceptan
personas independientes. Incluso, el Consejo Nacional de Rehabilitación no
acepta personas con discapacidad con problemas de adicción.
3. En el
ámbito de las personas fármacos dependientes
De acuerdo con lo establecido por
el autor Aarón Beck, se tiene lo siguiente:
a. Características de las personas con
problemas de adicción
-- Baja tolerancia ante la
frustración, lo cual se traduce en poca asertividad o poco control de los
impulsos, haciéndolos más susceptibles.
-- El control y dominio que ejerce
la adicción sobre la persona, conduciendo a que sus objetivos, valores y
familia se encuentren subordinados al consumo de la sustancia adictiva; y
pasando a formar parte de un círculo vicioso en el que los cambios de estado de
ánimo son aliviados con la continuidad en el consumo.
-- Deseo de conseguir placer y
experimentar la euforia en compañía de personas que se encuentren en las mismas
circunstancias; por tanto se manifiesta una búsqueda de situaciones
placenteras, aunado a una débil capacidad para asumir compromisos a mediano
plazo.
-- Dificultad para aceptar límites
y cumplir indicaciones tanto en los servicios de hospitalización como en los
centros de rehabilitación.
-- Subordinación de objetivos
importantes ante la utilización y el consumo de la sustancia adictiva.
4. En el
ámbito de la red de apoyo primaria
En la práctica cotidiana, se
observa otro fenómeno que tiende a reforzar la conducta adictiva de la persona:
el temor de los familiares a las posibles consecuencias de establecer límites.
De esta manera, se observa una dualidad en el grupo familiar, pues por un lado
desean que la persona se rehabilite y por otro, se le facilita la adquisición
de la droga. Este tema es la codependencia que daña todo el sistema de convivencia.
5. En el
ámbito del servicio de Trabajo Social
Los esfuerzos por atender esta
problemática han sido desarticulados y las alternativas ofrecidas han sido
reducidas si se consideran los factores que a continuación se describen:
1) Muchas de las personas atendidas
con problemas de adicción son poli consultantes, al ser referidas
reiteradamente por el personal médico cuando nuevamente ingresan al centro
hospitalario.
2) Aún no se cuenta con un
protocolo de intervención social establecido para los pacientes con problemas
de adicción para uniformar el abordaje social y contribuir a mantener
continuidad y una mayor efectividad en la atención de los casos. Esto en el
tercer nivel de atención del sistema de salud.
A partir de dicho análisis se
realiza una propuesta de intervención desde el Trabajo Social para personas con
problemas de adicciones. En resumen, se plantea lo siguiente:
1. En el
ámbito de hospitalización
Trabajo de equipo. Los
profesionales en Trabajo Social deben realizar esfuerzos para facilitar la
conformación, capacitación o fortalecimiento del trabajo en equipo
interdisciplinario para el abordaje integral del problema de la adicción o
abuso de sustancias adictivas. Los equipos deberían estar integrados fundamentalmente
por profesionales en las disciplinas de Trabajo Social, Medicina, Farmacia,
Nutrición y Psiquiatría.
El objetivo clave de este trabajo
radica en el énfasis de la concepción de la adicción como enfermedad crónica:
más que un problema social abordable solo por el Servicio de Trabajo Social,
requiere y demanda de una intervención de distintas disciplinas, considerándolo
un problema multifactorial y multicausal.
2. En el ámbito de los centros de
rehabilitación o restauración
Consolidación de alianzas estratégicas pues
los profesionales en Trabajo social debe desempeñar acciones a nivel gerencial
para la formación o consolidación de alianzas estratégicas con organizaciones
estatales y no gubernamentales, lo cual se ve como una necesidad prioritaria
para igualmente generar procesos de sensibilización, capacitación y compromiso
para con estas organizaciones con el propósito de que se brinden respuestas y
propuestas de intervención eficaces y eficientes para obtener una maximización
de recursos materiales y de talentos humanos.
3. En el ámbito de las personas
fármaco dependientes
Es importante señalar que dentro de
este proceso de intervención social la persona es vista como un sujeto activo
con la capacidad necesaria para aprender a vivir de manera autónoma sin ningún
tipo de dependencia, planteándose a sí mismo alternativas de solución para dar
respuesta a sus necesidades y lograr un cambio del estilo de vida. A partir de
ahí, en el artículo que se ha resumido, se detallan las propuestas según
modelos de intervención social.
4. En el ámbito del Servicio de
Trabajo Social
Dos de las propuestas consideradas medulares
para empezar a implementar en los Servicios de Trabajo Social constituyen las
siguientes:
n Creación de
un espacio profesional para una persona profesional en Trabajo Social
capacitada para el desempeño en la atención a la problemática de las adicciones
con el fin de poder desplegar y poner en práctica un programa de apoyo a corto,
mediano y largo plazo que involucre las propuestas de intervención social.
Dichas propuestas de las cuales parte este artículo, deben ser construídas como una forma de dar respuesta a las
necesidades reales y percibidas en torno a esta temática.
Además, para poder desarrollar de
una manera efectiva y continua estas propuestas tanto para el paciente
hospitalizado como para el de consulta externa, se hace necesario la creación
de un Protocolo de Intervención Social para el paciente que sufre de adicciones
en el Tercer Nivel de Atención de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Finalmente
como uno de los mayores intereses al presentar la ponencia, es dejar constancia
de los desafíos que el tema nos plantea como profesión y que consideramos
debemos asumir si creemos en que todas las personas son sujetas de derechos
humanos.
Bibliografía
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Editorial El Manual