Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica

Primera Semana Virtual de Trabajo Social 2020

Durante el acto de clausura de la Primera Semana Virtual de Trabajo Social 2020, realizada el 19 de julio, el Colegio homenajeó a dos de sus agremiadas por haber honrado a los profesionales en este campo, por su destacada labor y por su responsabilidad en las funciones que desempeñaron. La Revista Costarricense de Trabajo Social se une a este homenaje publicando las semblanzas de estas dos mujeres, ejemplo de trabajo y de profesionalismo para los trabajadores y las trabajadoras sociales que inician sus labores, y para todos los que han compartido con ellas sus significativos aportes a la sociedad costarricense.

Trazos de un camino desde el Trabajo Social

Semblanza

Ana Virginia Quesada1

Marta Eugenia Picado Mesén

Nace entre encinales, higuerones, cafetales, milpas, caleras, cal y carbones, en San Miguel de Desamparados, en el año 1954; hija de Humberto Quesada Ureña y Ángela Morales Segura; madre de Javier y Fiorella. Actualmente vive en Gravilias de Desamparados, lo que la hace una desamparadeña de corazón.

Ingresa a la Universidad de Costa Rica en 1972, cursa estudios en Trabajo Social y obtiene su licenciatura en 1979. En 1989 concluyó con éxito un posgrado interdisciplinario en “Abuso indebido de drogas”, en Buenos Aires, Argentina.

Su camino por la vida profesional lo realiza desde dos ámbitos: el institucional y el organizativo-voluntario.

Su transcurrir por la institucionalidad costarricense la lleva a desempeñarse como trabajadora social en dos grandes áreas: hospitalaria y educación superior.

Se inicia, en el año 1976, como asistente de Trabajo Social en el Hospital Raúl Blanco Cervantes. Al igual que muchas de nosotras, fue discípula de doña Flory Saborío, quien se desempeñaba como jefa de Trabajo Social del Hospital Nacional de Niños. Un año después, en 1977, a petición de doña Flory, se traslada al Hospital Nacional de Niños, donde se inicia como asistente social y luego fungió como jefa de Trabajo Social en ese nosocomio durante treinta y siete años.

Desde el Hospital de Niños, aportó en varias dimensiones del Trabajo Social: la asistencial, la terapéutica y la socioeducativa promocional. Claro está, que, por sus funciones de jefatura, aporta también a la dimensión gerencial.

Estas cuatro dimensiones del Trabajo Social toman sentido y se cristalizan en sus cuatro grandes contribuciones:

Su participación en el fortalecimiento del trabajo en equipo. Es de todos y todas conocido el prestigio que tuvo y tiene el equipo de profesionales en Trabajo Social del HNN. El tránsito de Ana Virginia por este, le permitió participar y generar varios equipos de trabajo, por ejemplo:

- Comité de Estudio Integral del Niño Agredido.

- Comité del Niño Quemado.

- Equipo de Trauma, con énfasis en Intervención en Crisis, entre otros.

Fomentar, propiciar y facilitar el trabajo en equipo fue uno de sus desvelos, tanto para generar una visión estratégica y política, como para construir el instrumental técnico operativo.

El trabajo en equipo fue y es la fortaleza del Trabajo Social en el Hospital Nacional de Niños, una profesión que nace antes de que existieran las garantías sociales en el país, una profesión que debió estratégicamente recurrir al trabajo en equipo para lograr su posicionamiento y legitimación profesional. Una lucha de años, por la cual también transitó Ana Virginia. Sin duda, este caminar, que se asemeja al caminar pausado y reposado de ella, permitió y permite la construcción de una visión profesional, de una identidad, sin duda alguna, levantada de manera colectiva con su liderazgo.

… es importante resaltar sus contribuciones en la construcción de una identidad de Trabajo Social, fueron grandes conquistas las que se alcanzaron con su jefatura, luchas reivindicativas que cosecharon reconocimiento dentro y fuera del país… (Monge, Marielos: 2020).

Como no, una identidad alcanzada en una arena de encuentros y desencuentros de poderes: de género, disciplinarios o profesionales, generacionales e institucionales.

Los médicos siempre se apoyan en nosotras… pero ellos, los médicos no aflojan el poder… no sólo en los hospitales, sino en todos los escenarios, ámbitos y áreas de salud (Briceño, Fidelina: 2020).

1. La segunda área en la cual aportó fue la atención integral de las personas menores de edad.

Trabajar desde lo asistencial y lo socioeducativo promocional fue una bandera a seguir, un reto a conquistar día a día. La licenciada Quesada, como se le solía llamar, colocó al Trabajo Social como una “disciplina”, pero marcando senderos hacia la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad. Caminó, sin temor alguno ubicando al Trabajo Social como una profesión esencial en el abordaje de los determinantes de la salud, reconocimiento con el cual la CCSS está aún en deuda con nuestra profesión. Con visión interdisciplinaria, promovió los equipos de trabajo para atender a las y los sujetos de la “intervención”, en campos como:

-Cuidado integral del niño quemado

-Atención integral de niños con cáncer

-Atención integral del niño diabético

-Cuidados paliativos

-Abuso de personas menores de edad

-Adolescentes con conductas sexuales abusivas

-Abandono y abuso de personas menores de edad

-Tamizaje neonatal y prevención de discapacidades para establecer factores de riesgo y protectores como determinantes de la salud

-Abordaje interdisciplinario del suicidio, trastornos alimentarios, acoso sexual cibernético, entre otros.

Caminó, sí, siguió su camino hacia la transdisciplinariedad y, desde el Hospital, construyó redes con la sociedad civil, por medio del voluntariado. Fueron y son reconocidas las experiencias que se tejieron en los ámbitos locales o comunitarios, como lo llamábamos en aquellos años.

… me emociona mucho saber que en Ana Virginia se va a reconocer esa labor silenciosa de entrega permanente que Trabajo Social ha brindado en el campo del desarrollo disciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar, dentro del Hospital y en sector salud, en Costa Rica … (Obando, Iris: 2020).

2. La tercera gran área en la que trabajó con denuedo fue el desarrollo de los enfoques: cognitivo-conductual, sistémico, atención en crisis y el enfoque de derechos.

La reflexión teórico-metodológica siempre fue un escenario para el debate, en el que concurrieron coincidencias y diferencias en relación con los diversos enfoques para la “intervención” desde el Trabajo Social. Estos debates permitieron la autoformación, la educación continua y la especialización en tres enfoques de la intervención profesional: lo cognitivo-conductual, el sistémico y la intervención en crisis, desde un enfoque de los derechos de la niñez y la adolescencia, para luego enmarcarse en los determinantes de la salud. Grandes aportaciones se brindan a otros hospitales nacionales, especializados, regionales o periféricos, así como a la Clínica Bíblica. Aportes que trascendieron el ámbito nacional. “Trabajo Social del Hospital de Niños era un referente” (Quesada: 2020).

… la experiencia de Trabajo Social en el Hospital de Niños se compartía con otros equipos de profesionales en el sector salud, hasta llevé la experiencia a países como Guatemala y Ecuador. Siempre me interesó el trabajo en equipo, la atención integral desde donde se articula la intervención en cuatro aspectos: la persona, la familia, la violencia y la pobreza … (Quesada: 2020).

Una vez más observamos, en Ana Virginia, la influencia del enfoque sistémico en el abordaje profesional, quien además agrega: “mi lucha fue y sigue siendo «integrar el componente social en la morbimortalidad infantil»” (Quesada: 2020).

3. El último cúmulo de aportes fue en el área de la promoción y divulgación del quehacer profesional.

Al conversar con Ana Virginia, evoca con un suspiro su experiencia profesional de 40 años en el abordaje de los determinantes de la salud en la niñez costarricense, que la llevó a ser muy consultada por medios de prensa nacionales y logró, junto con sus distintos equipos de trabajo, convertir al Trabajo Social en un referente nacional e internacional. En este campo destacan tres experiencias:

1) La asesoría brindada al Hospital San Juan de Dios de Guatemala, en la formación de un comité del “niño agredido”. 2) La asesoría para la prevención del “maltrato infantil” desde la movilidad social, en Ecuador. 3) Fue la representación de la OPS en Sao Paulo, con una propuesta para la atención del abuso de personas menores de edad. También recuerda con especial cariño sus participaciones como ponente en México, Colombia, Nicaragua y Río de Janeiro, entre otros (Quesada, 2020).

En el ámbito nacional valora con especial importancia los logros alcanzados desde el Comité de Estudio Integral del Niño Agredido, una experiencia, que, en su criterio, se plasma en el artículo 48 del Código de la Niñez y la Adolescencia de Costa Rica.

El papel desarrollado por Ana Virginia es evidente, en la clara intención de posicionar el tema del maltrato de personas menores de edad en la sociedad costarricense y en el ámbito institucional e interinstitucional, desde donde emergen y se alimentan las políticas públicas, orientadas hacia la prevención y promoción de la salud (Solano, Anargeri: 2020).

1Reconocimiento a solicitud de: Lic. Iris Obando, Lic. Yolanda Marín, Lic. Sandra Bianchini, Lic. Marielos Monge, máster Anargerie Solano y Lic. Fidelina Briceño.

Sin duda, el que Trabajo Social del Hospital de Niños liderara el tema de la agresión infantil, legitimó a la profesión en otras áreas de atención, en otras instituciones hospitalarias, así como en otras instituciones públicas y privadas.

La atención de la quemada de un niño conlleva un cambio de patrones, de las condiciones económicas y sociales de la familia, conlleva un convencimiento permanente en relación con la atención integral, que incluya lo social, en las intervenciones profesionales e interdisciplinarias, en las coordinaciones interinstitucionales e intersectoriales en la institucionalidad costarricense, no fue fácil (Quesada: 2020).

Como lo señalan las personas consultadas para la realización de esta semblanza, ese conocimiento y esa experiencia de la licenciada Quesada, la convierten en un importante perito de la Corte Suprema de Justicia.

Ana Virginia tuvo un papel reconocido y valorado en la Corte Suprema de Justicia, como perito, cada vez que una autoridad judicial lo ordenara… sabemos por colegas que trabajaron ahí que el aporte era muy bien valorado, o sea, prácticamente Trabajo Social tenía fe pública (Briceño, Monge, Campos: 2020).

En ese diálogo de saberes, hay un atisbo no menos relevante; la licenciada Quesada se convirtió en la asesora de dos de los directores del HNN: los médicos Rodolfo Hernández y Orlando Urroz, quienes siempre prestaron oído a sus recomendaciones y avalaron su trabajo.

EL DR. Hernández agrega.

Cuando se piensa en el Programa al Niño Agredido hay que pensar en Ana Virginia Quesada, vi por cuatro décadas su trabajo intenso en la defensa de todas las formas de abuso infantil… el reconocimiento que le hace el Colegio de Trabajadores Sociales es un reconocimiento ganado a través de su vida, muy merecido y que le da un gran prestigio al Hospital de Niños, porque su trabajo se hizo sentir en todo Costa Rica (Hernández:2020).

Como puede verse, esta diversidad de experiencias acumuladas, la presentan como una autoridad y una persona que forma en el campo de la salud, en la prestación de servicios orientados a la atención, promoción y prevención con los niños y las niñas, y desde los niños, niñas y adolescentes en Costa Rica.

… estoy orgullosa de lo aprendido, fue un espacio laboral que forma como trabajadoras sociales en un ámbito de luchas de poder… (Campos, Julieta: 2020).

Paralelo a este trabajo institucional y en atención de las demandas de la población a la cual atiende el Hospital de Niños; ella abre un nuevo sendero de trabajo, el voluntario, desde organizaciones sin fines de lucro; he aquí su segundo ámbito en el ejercicio profesional institucional.

Con esa visión transdisciplinaria, se desempeña como miembro de la Asociación Demográfica Costarricense y de la Asociación Damas Voluntarias de la CCSS, además es fundadora y miembro de la Junta Directiva de la Fundación Hermano Pedro, desde la cual se cubren las necesidades de la población sujeta de los servicios del Hospital, cuyas condiciones de vulnerabilidad familiar, impiden su retorno a casa.

En el nivel especializado de atención pediátrica en salud del país, en Trabajo Social se reciben los efectos de la complejidad social, manifiestos en población vulnerable, muchas veces con secuelas para su vida ulterior. De ahí que se perciba como reto gremial constante, el buscar espacios que trasciendan el quehacer institucional, orientados a la sensibilización nacional, sobre el particular. Un reto que Ana Virginia supo asumir (Solano, Anargeri: 2020).

Con el grupo de voluntarias y voluntarios que apoyan a la CCSS, en su quehacer cotidiano, ha desplegado acciones de capacitación, organización y promoción de la salud, con un especial énfasis en incorporar “lo social”.

Ana Virginia, toda una inspiración para mí y para todos los que la acompañaron; soy privilegiada de haberla acompañado por casi 37 años en su caminar por el Hospital. En mi calidad de subjefa, la vi incursionar con todas sus fortalezas, en forma incansable en diferentes ámbitos que siempre convergieron en la lucha por la salud de la niñez costarricense y sus familias. Su nombre trascendió las fronteras del hospital y las fronteras nacionales.

Toda una visionaria, valiosa, asumió retos para concretar sus ideales y hoy es ejemplo como Trabajadora Social (Bianchini, Sandra: 2020).

Su ejercicio profesional, que raya en lo polisémico, al acuñar una labor en lo institucional y lo organizacional se cristaliza también en lo académico, lo cual nos lleva a detenernos en sus aportes en la educación superior.

En el ámbito universitario se desempeñó como docente y cosupervisora de estudiantes de práctica de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica, así como, desde la Cátedra de Trabajo Social de la Universidad Estatal a Distancia, en donde fungió como docente, directora y lectora de trabajos finales de graduación de grado y posgrado, desarrolladora de cursos a distancia para estudiantes y de cursos de extensión docente desde las plataformas de la UNED, un nicho en el cual se reflejan una vez más su hablar pausado, de excelente dicción, con especial tino, que invita a ser escuchada.

Los largos y amplios senderos recorridos la hacen merecedora de ser parte de la Junta Directiva del Colegio de Trabajadores Sociales en dos periodos, como secretaria y vocal.

Ahora, con mirada serena y ya jubilada, mantiene su acompañamiento al Hogar Hermano Pedro y a las Damas Voluntarias del Hospital. Se siente plena de la labor cumplida y considera que son muchos los aportes que puede seguir brindando en pro de la niñez costarricense.

Su capacidad reflexiva: cuando se miran las lecciones aprendidas durante su vida profesional, y se realiza la lectura de los desafíos actuales para el Trabajo Social, ella se revela como una referente de la historia del Trabajo Social Costarricense.

El Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica le agradece sus aportes, sus reflexiones y su compromiso profesional, y la insta a seguir por la ruta de las construcciones conjuntas, con el compromiso con las colectividades vulnerabilizadas y en las luchas por una sociedad inclusiva y solidaria. Aún en este momento difícil de pandemia. Muchas felicidades doña Ana Virginia.

Para mí ha sido un gusto y un honor dedicarle estas palabras.

¡Muy buenas noches!

SEMBLANZA DE SOLEDAD MURILLO GALINDO

Yolanda Valerín Altamirano

Soledad Murillo Galindo ingresó a la Sección de Servicio Social del Hospital San Juan de Dios en 1957, cuando la epidemia de poliomielitis golpeaba a Costa Rica, y ella iniciaba su formación en Servicio Social en la Universidad de Costa Rica.

Trabajando en el Hospital y estudiando en la Universidad, obtuvo una beca del Gobierno de los Estados Unidos para cursar una especialización en el “Programa de Consejería en Rehabilitación Profesional”, impartido en la Escuela de Servicio Social de la Universidad de Río Piedras, Puerto Rico, durante el año lectivo 1958-1959. A su regreso, asume la Jefatura de la Sección de Servicio Social del Hospital, por renuncia de su jefa, la licenciada María Luisa Echeverría.

De nuevo en Costa Rica, doña Soledad continúa sus estudios de Servicio Social y se gradúa como licenciada en Ciencias Económicas y Sociales con especialización en Servicio Social, por la Universidad de Costa Rica, en 1964. En los primeros años de la Escuela de Servicio Social, para alcanzar el grado de licenciatura, era preciso cursar dos años más en la Facultad de Ciencias Económicas, de acuerdo con el currículo de esa carrera. En 1990, doña Soledad se gradúa en la Maestría en Estudios Interdisciplinarios en Discapacidad de la Universidad de Costa Rica. Posgrado en el cual ejerce la docencia durante varios años. En el año de 2007 cursó diplomado en Gerontología en la Universidad Católica de Chile.

Después de salir del Hospital San Juan de Dios, en 1962, continuó estudiando la carrera de Servicio Social, fue parte del grupo fundador del Colegio Profesional de Trabajadores Sociales y la primera secretaria de su Junta Directiva. Antes de la fundación del Colegio, existía la Asociación de Trabajadores Sociales (ANTS), que congregaba a quienes laboraban en el campo. Doña Soledad fue la presidenta de esta Asociación.

Como parte del ejercicio profesional, pronto se da cuenta de que la población con secuelas de polio, va a requerir servicios de formación laboral y empleo para lograr el ejercicio de sus derechos como ciudadanos. En su práctica profesional, encuentra en la discapacidad y en las personas con discapacidad, el nicho para su desarrollo profesional y un nuevo campo para la participación de los y las profesionales en Trabajo Social.

En conjunto con distinguidas personas, participa, en 1965, en la creación de la Asociación Industrias de Buena Voluntad de Costa Rica, organización no gubernamental, al servicio de las personas con discapacidad, de la cual se convierte en su primera Directora Ejecutiva.

En 1973, bajo su liderazgo, se logra que la Asamblea Legislativa promulgue la Ley No. 5347 de Creación del Consejo Nacional de Rehabilitación y Educación Especial; primera entidad rectora en discapacidad en Costa Rica, de la cual fue Directora Ejecutiva hasta 1996.

En la gestión del Consejo Nacional de Rehabilitación y Educación Especial, incluye entre sus profesionales a un grupo considerable de trabajadores y trabajadoras sociales. Motivados por su liderazgo algunos de ellos se especializan en discapacidad y desempeñan roles de mucha importancia para las personas con discapacidad, sus familias, organizaciones de personas con discapacidad y comunidades en general.

En 1996, una vez pensionada, continúa activa y mediante su empresa Asesoría y Consultoría en Discapacidad, brinda servicios de capacitación a los sectores público y privado, a través de seminarios, cursos, conferencias y actividades sobre la aplicación de la legislación vigente en este campo, la debida atención a usuarios con distintos tipos de discapacidad y el ejercicio de los derechos de esta población.

Su desempeño laboral y su visión del ejercicio profesional del Trabajo Social, promovieron el tránsito de un modelo tradicional y asistencialista, a otro en el cual el Trabajo Social tiene una amplia intervención en todas las actividades sociales, económicas, de salud, educativas y culturales.

Doña Soledad fue evolucionando conforme cambiaba el paradigma de la discapacidad y, sin dejar de lado su constante formación personal, se mantiene actualizada en la materia porque esta evolucionaba constantemente.

Siempre procuró trabajar con el apoyo de equipos multidisciplinarios y de incorporar en ellos profesionales en Trabajo Social.

Su fuerte fue la capacitación laboral y empleo de la persona con discapacidad, así como la sensibilización en el nivel nacional de los derechos y respeto a las estas personas.

Gracias a sus estudios en Puerto Rico, y, sobre todo, a su interés y sensibilidad en el campo, doña Soledad se convirtió entonces en profesional especializada en discapacidad, lo que potencializó su liderazgo en esa área, y llenó un vacío existente en el país.

Para concluir, transcribo una de las dedicatorias anotadas en su Tesis de Maestría, que ilustra claramente lo que ha marcado su trayectoria profesional a lo largo de su vida:

Dedico mi trabajo de Tesis a todas las personas discapacitadas del mundo, por haber inspirado minuto a minuto, mi quehacer profesional